En México y Argentina científicos investigan una droga innovadora que podría suprimir la inflamación y los síntomas graves que sufren los pacientes con colitis ulcerosa.
Aunque pocos lo sepan, la colitis ulcerosa es una enfermedad autoinmune crónica. De ahí que sea tan difícil tratarla, ya que implica combatir las defensas del propio organismo, que aterrorizan al sistema digestivo en múltiples frentes.
El sistema inmunológico del organismo es tan complejo como el mecanismo de un reloj. Compuesto por distintos tipos de células –macrófagos, neutrófilos, linfocitos B y T, entre otros “glóbulos blancos”-, el sistema funciona como una red que libera sustancias capaces de inhibir o estimular acciones defensivas contra agentes invasores.
Existen distintos tipos de linfocitos T, y cada uno se especializa en una acción defensiva determinada, tal como destruir a un agente infeccioso o fabricar una citoquina o interleuquina. Los linfocitos B patrullan la sangre y producen anticuerpos con gran rapidez cuando detectan un virus o una bacteria. También generan reacciones inflamatorias que ponen sobre aviso a los linfocitos T para que entren en acción. Por su parte, los linfocitos T envían comandos de ataque (linfocitos “natural killers”), producen sustancias defensivas (interleuquinas, interferón) y guardan memoria de todos los encuentros con invasores peligrosos.
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Esta red defensiva involucra un sinnúmero de moléculas que actúan en los receptores que hay en la superficie de otras células y que disparan señales bioquímicas en el interior de las células. Se trata de un mecanismo tan exquisitamente sensible, que cualquier error puede llevarlo a equivocarse de objetivo. Entonces, en vez de enfocar los cañones contra agentes externos, los vuelve contra las células propias del organismo. Así se producen las enfermedades autoinmunes, como la colitis ulcerosa.
Entre los múltiples batallones de linfocitos T, existe uno que se dedica especialmente a regular el funcionamiento de los otros linfocitos. Estos linfocitos T reguladores (o Treg), que se producen en una glándula detrás del esternón llamada “timo”, son capaces de aumentar o suprimir la maduración de otros linfocitos y la producción de ciertas citoquinas, como la interleuquina 2.
Los linfocitos Treg pueden “apagar” una reacción inmunológica fuera de control, suprimiendo las señales de inflamación. Por eso resultan importantes en distintas enfermedades autoinmunes y en el cáncer.
Drogas basadas en interleuquina-2
Se están desarrollando actualmente drogas capaces de actuar sobre los linfocitos Treg en distintas enfermedades autoinmunes, desde el lupus sistémico a las enfermedades inflamatorias intestinales. En vez de inhibir la acción defensiva de los linfocitos –como hacen los anticuerpos monoclonales dirigidos a las células B, por ejemplo- estos nuevos fármacos buscan estimular la proliferación de los linfocitos regulatorios. Al aumentar la regulación, se suprime la maduración de otros linfocitos y las reacciones inflamatorias que suelen disparar al no reconocer a las células gastrointestinales como propias.
La interleuquina 2 (IL-2) es una citoquina que, precisamente, regula el equilibrio entre inmunosupresión e inmunoestimulación. Se sabe que altas dosis de interleuquina-2 son eficaces para tratar ciertos cánceres. En cuanto a las dosis bajas de interleuquina-2, se ha probado que pueden usarse como tratamiento para la colitis ulcerosa moderada, aunque tiene efectos adversos y un corto tiempo de acción.
Ahora, se investigan nuevas versiones de estas proteínas corregidas y mejoradas en el laboratorio. La innovadora molécula Evafaleukina alfa, por ejemplo, es una proteína IL-2 manipulada genéticamente y fusionada con un anticuerpo que prolonga su vida, que actúa promoviendo la proliferación de linfocitos Treg en forma selectiva y con menos efectos adversos que la citoquina natural.
En América Latina, ya se está investigando esta potente droga biológica en pacientes mayores de 18 años que sufran de colitis ulcerosa moderada a grave. Este estudio de fase 2, que recibe voluntarios en Estados Unidos, Argentina y México, comparará la seguridad y toxicidad de la Evafaleikina alfa versus un placebo. Pueden participar en este ensayo quienes ya hayan formado parte del estudio previo de inducción con la molécula AMG 592.
Los voluntarios recibirán diferentes dosis de la nueva droga por medio de una inyección subcutánea y se registrarán tanto los efectos adversos como la respuesta clínica y la eventual remisión de la colitis ulcerosa en las semanas 52 y 104 del tratamiento experimental. Los resultados se conocerán en el año 2027. Si la nueva droga resulta eficaz y segura, los pacientes contarán con una nueva inmunoterapia para su enfermedad autoinmune crónica.
Argentina: completar el formulario México: completar el formularioReferencias bibliográficas
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