El patrón de actividad física de fin de semana podría reducir el riesgo de demencia leve. Descubre cómo incluso una o dos sesiones semanales de ejercicio pueden marcar la diferencia.
La actividad física durante el tiempo libre, ya sea deporte o ejercicio, se asocia con un menor riesgo de demencia. El deterioro cognitivo es un problema creciente a nivel mundial, ya que suele anteceder a la demencia. Identificar factores de riesgo modificables, como la inactividad física, es clave: retrasar cinco años el inicio de la demencia podría reducir a la mitad su prevalencia. Sin embargo, la mayoría de la evidencia sobre estos factores proviene de países de altos ingresos, lo que deja un vacío de conocimiento en regiones como América Latina.
En este contexto, surge el concepto del “guerrero de fin de semana”: personas que solo pueden ejercitarse uno o dos días por semana. Este patrón podría representar una solución viable en poblaciones con una alta carga laboral, como ocurre en muchas ciudades latinoamericanas. Un reciente estudio realizado en la Ciudad de México aporta evidencia importante sobre este tema.
¿Qué investigó este nuevo estudio sobre la demencia y la actividad física?
El objetivo principal del análisis fue estudiar la relación entre el patrón de actividad física de fin de semana y la demencia leve. A partir del Estudio Prospectivo de la Ciudad de México, se evaluaron datos de más de 10 mil participantes mayores de 35 años. La investigación analizó cómo distintos niveles de actividad física influían en los resultados cognitivos a largo plazo.
Se agruparon a los participantes en cuatro categorías según su nivel de actividad: sin ejercicio, guerreros de fin de semana (una o dos veces por semana), regularmente activos (tres o más veces por semana) y un grupo combinado. Se utilizó el Mini Examen de Estado Mental (MMSE) para determinar la presencia de demencia leve, con puntuaciones de corte de ≤22 y ≤23.
¿Qué encontraron los investigadores?
Los resultados fueron alentadores. Quienes se ejercitaban los fines de semana o eran regularmente activos mostraron menores tasas de demencia leve en comparación con quienes no hacían ninguna actividad física. La prevalencia fue del 26 % en el grupo inactivo, mientras que fue del 14 % y 18,5 % en los guerreros de fin de semana y los activos regulares, respectivamente (puntuación MMSE ≤22).
Además, el análisis ajustado por factores de confusión mostró una reducción del riesgo de demencia leve del 25 % en los guerreros de fin de semana. Esto sugiere que incluso una actividad física limitada puede tener beneficios cognitivos significativos. Estos hallazgos son especialmente relevantes para personas con poco tiempo libre.
¿Cuánto podría prevenirse con más ejercicio?
El estudio estimó que, si todos los adultos de mediana edad practicaran ejercicio una o dos veces por semana o más, se podrían evitar entre el 10 % y el 13 % de los casos de demencia leve. Esta proporción representa un impacto importante en salud pública, especialmente en contextos donde la infraestructura y el tiempo disponible para ejercitarse son limitados.
Es particularmente interesante que el patrón de actividad física de fin de semana mostró beneficios comparables al de quienes hacen ejercicio de forma regular. Esto apoya la idea de que no es necesario cumplir con pautas estrictas de frecuencia semanal para obtener beneficios cognitivos, lo cual puede ayudar a reducir las barreras percibidas para mantenerse activo.
¿Qué papel juega el sexo y otros factores?
Cuando se analizaron los datos por sexo, los resultados fueron similares: tanto hombres como mujeres que eran guerreros de fin de semana tuvieron un menor riesgo de desarrollar demencia leve. El efecto protector fue ligeramente más claro en las mujeres, pero sin diferencias estadísticamente significativas.
También se observaron asociaciones entre la actividad física y la demencia moderada. En comparación con los participantes inactivos, los guerreros de fin de semana tuvieron un 31 % menos de riesgo de desarrollar esta forma más avanzada de deterioro cognitivo. Este hallazgo sugiere un beneficio potencial más allá de las etapas iniciales.
Conclusiones: menos puede ser suficiente
En resumen, el estudio encontró que tanto los guerreros de fin de semana como los regularmente activos presentaron un menor riesgo de desarrollar demencia leve. Este hallazgo es fundamental porque ofrece una alternativa práctica para personas con agendas ocupadas: incluso realizar deporte o ejercicio uno o dos días por semana puede marcar una diferencia significativa.
Promover la actividad física, aunque sea ocasional, podría ser una estrategia clave para reducir la carga global de la demencia. En un contexto donde el tiempo libre es un recurso escaso, el mensaje es claro: cuando se trata de proteger la salud cerebral, algo de ejercicio es mucho mejor que nada.