Estudian en Latinoamérica un novedoso medicamento para esclerosis múltiple infantil y adolescente. Descubre más sobre este tratamiento inmunomodulador que podría reducir los brotes y controlar los síntomas.
La esclerosis múltiple es una enfermedad rara en los niños y adolescentes, pero que provoca brotes frecuentes con síntomas musculares, neurológicos y cognitivos que pueden ocasionar una discapacidad temprana.
Aunque se han utilizado en los niños fármacos inyectables que dan resultado en los adultos, es indispensable contar con medicamentos eficaces y seguros en la población pediátrica, adaptados a su etapa de desarrollo y a su metabolismo. Por eso hoy se prueban en ensayos clínicos algunos de los fármacos más innovadores que ya han mostrado ser útiles en adultos. Entre ellos, figura el anticuerpo monoclonal ocrelizumab.
Más información sobre este estudioEl estudio de fase 3 en niños y adolescentes comparará la efectividad y la seguridad del anticuerpo monoclonal ocrelizumab versus el fingolimod, una molécula pequeña que ya ha sido autorizada para la esclerosis múltiple pediátrica. Ambos fármacos tienen mecanismos de acción diferentes para reducir las recaídas típicas de la esclerosis múltiple. Mientras el fingolimod se toma por vía oral todos los días, el ocrelizumab se infunde por vena dos veces por año.
El efecto del fingolimod en pacientes infantiles y adolescentes con esclerosis múltiple
El fingolimod es una molécula pequeña que actúa sobre un receptor celular llamado S1P. La modulación de este receptor mantiene a los linfocitos dentro de los nódulos linfáticos, sin permitirles migrar al cerebro ni a la médula espinal para generar una reacción autoinmune en el organismo.
Como todos los medicamentos, el fingolimod puede tener también efectos adversos, tales como la diarrea y la bronquitis. No obstante, y según algunos especialistas, el fingolimod tiene una eficacia intermedia a la hora de tratar la esclerosis múltiple.
Cómo actúa el ocrelizumab en la esclerosis múltiple
El ocrelizumab actúa específicamente sobre las células B del sistema inmune que tienen una “señal” específica en su exterior, el antígeno CD20. El anticuerpo monoclonal desarrollado por el laboratorio Roche se une, a través de este antígeno, con los linfocitos B y promueve su eliminación. De esta manera, reduce las reacciones autoinmunes.
Más información sobre este estudioLas células o linfocitos B son una parte esencial del sistema inmunológico del organismo, ya que producen anticuerpos y sustancias defensivas (citoquinas) para atacar a patógenos externos que invaden el organismo. Sin embargo, en muchas enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple, los linfocitos B equivocan su objetivo y desatan una reacción inflamatoria exagerada en las células de mielina que protegen a los nervios. Así generan una desregulación del sistema inmunológico que conduce, con el tiempo, a lesionar el sistema nervioso central y a alterar los movimientos y las sensaciones.
Al eliminar temporalmente los linfocitos B CD20 que circulan mayormente por la sangre periférica, la inflamación cede y los nervios mantienen su capa protectora de mielina por más tiempo. Como efecto adverso de la eliminación de estos linfocitos, los pacientes resultan más propensos a infecciones.
Esta molécula fue estudiada en dos grandes estudios –llamados OPERA- en 2017 y fue autorizada para uso en adultos con esclerosis múltiple al mostrar una disminución de los brotes y al evitar la progresión de la enfermedad, comparado con el interferón beta. En los últimos años, este fármaco biológico ha sido usado en adultos de todo el mundo sin mayores problemas de toxicidad. Ahora se quiere estudiar su uso en niños con esclerosis múltiple para disminuir la inflamación y los brotes recurrentes.
Nueva investigación clínica para esclerosis múltiple en niños y adolescentes
El ensayo clínico OPERETTA se realiza en múltiples centros de todo el mundo, y también en Argentina, Brasil y México. En este experimento, se convoca a 233 niños mayores de 10 años con diagnóstico de esclerosis múltiple. Los niños de 10 a 17 años se dividen en dos grupos al azar: uno recibirá una infusión de ocrelizumab cada 24 semanas (seis meses), mientras el otro recibirá una cápsula diaria de fingolimod. Ambos grupos también recibirán un placebo (oral o infundido).
La primera dosis del ocrelizumab se dividirá en dos infusiones para evaluar una posible reacción negativa antes de proseguir con el tratamiento.
Para participar en este estudio, los padres deben firmar un consentimiento informado y el niño también debe brindar su asentimiento para realizar distintos análisis (sangre, imágenes) a lo largo de los aproximadamente dos años que llevará el ensayo. Al terminar las 96 semanas experimentales, tanto los médicos como los padres de los pacientes conocerán los resultados y se sabrá si el ocrelizumab resulta mejor que el fingolimod en los niños a la hora de disminuir los brotes anuales de la enfermedad y, también, para reducir las lesiones que se observan en las resonancias magnéticas. Además se evaluarán los efectos adversos en ambos grupos.
Más información sobre este estudioPara saber cómo funciona el ocrelizumab a largo plazo, ya se diseñó una segunda parte del estudio, donde todos los niños que hayan completado la primera parte (ciega) y que deseen continuar recibiendo el anticuerpo monoclonal seguirán bajo observación médica durante 144 semanas, para chequear cualquier posible efecto secundario del fármaco innovador. Los neurólogos esperan avanzar así en el tratamiento de alta eficacia para modificar el curso de la esclerosis múltiple pediátrica.
Referencias bibliográficas
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