La esquizofrenia aumenta 2,5 veces el riesgo de demencia. Descubre cómo es posible remediar el deterioro cognitivo en los pacientes con este trastorno psicótico.
Aunque muchas veces se confunden, la psicosis, la esquizofrenia y la demencia son tres entidades diferentes. Los trastornos psicóticos, caracterizados por una percepción alterada de la realidad, incluyen a varias enfermedades mentales, desde la esquizofrenia hasta el trastorno bipolar.
La esquizofrenia se caracteriza por tres tipos de síntomas: positivos (ideas delirantes, alucinaciones), negativos (falta de motivación, expresión reducida de las emociones) y cognitivos (alteraciones de la memoria y la atención).
En cuanto a la demencia, es una enfermedad neurodegenerativa que aparece en la vejez e incluye el Alzheimer. Como la demencia puede afectar a las áreas frontal y temporal del cerebro, sus síntomas pueden ser muy similares a los de la esquizofrenia, pero esta última enfermedad aparece en la juventud y tiene una progresión distinta.
A diferencia de lo que pensaba el psiquiatra Emil Kraepelin a principios del siglo XX, hoy se sabe que la esquizofrenia no es una demencia precoz. Aunque los pacientes con esquizofrenia y demencia tengan algunos síntomas similares, la esquizofrenia puede no tener una evolución tan grave como la demencia y puede estabilizarse en la adultez, con la ayuda de un tratamiento adecuado.
Por su parte, los pacientes con demencia pueden desarrollar síntomas psicóticos, como alucinaciones y delirios (escuchar voces, ver personas ya fallecidas o sentir que los persiguen). Pero los cerebros envejecidos con demencia muestran alteraciones anatómicas diferentes a las que se encuentran en la esquizofrenia.
Por otra parte, la demencia – y su implacable derrumbe mental- se extiende a medida de que la población mundial aumenta y envejece, mientras que las tasas de esquizofrenia se mantienen relativamente estables. Finalmente, mientras la demencia –incluso la demencia frontotemporal que tanto se parece a la esquizofrenia- es tratada habitualmente por neurólogos, la esquizofrenia es asunto de psiquiatras, dentro de la Medicina.
Similitudes y diferencias
Muchas personas les temen a los delirios, alucinaciones y cambios de comportamiento que sufren las personas con trastornos psicóticos. Pero, en la actualidad, se sabe que esos síntomas extraños pueden tratarse efectivamente con los nuevos medicamentos antipsicóticos. Lo que todavía resulta difícil de contrarrestar es el deterioro cognitivo en la esquizofrenia, que puede conducir a la demencia al llegar a la vejez.
Las dificultades para prestar atención y concentrarse, para recordar sucesos y para planificar tareas en pasos sucesivos, junto con el pensamiento desorganizado, figuran entre los primeros síntomas que padecen los pacientes con esquizofrenia en su juventud. Pero así como no toda psicosis es esquizofrenia, no toda esquizofrenia es demencia.
La demencia es una profunda alteración de todas las funciones mentales superiores que suele asociarse al envejecimiento. Los pacientes con demencia suelen ser adultos mayores que empiezan a olvidar palabras y acontecimientos de la vida reciente, se pierden en lugares familiares, tienen problemas con los números y se confunden durante las conversaciones. El trastorno cerebral se agrava progresivamente, hasta que los pacientes necesitan ayuda para comer, vestirse y bañarse, además de perder el dominio del lenguaje y sufrir cambios en la personalidad.
En el pasado se solía llamar “demencia precoz” a la esquizofrenia. Hoy se sabe que se trata de enfermedades diferentes, aunque a veces sus síntomas se solapen.
Con todo, los trastornos del espectro de la esquizofrenia llevan con el tiempo muchas veces a la demencia. Según un reciente estudio del University College London, en Gran Bretaña, las personas con este tipo de psicosis tienen 2,5 veces más riesgo de padecer demencia al llegar a los 60 años. De ahí la importancia de tratar los problemas cognitivos desde temprano en la esquizofrenia. Sobre todo con programas psicosociales y cognitivos, y fármacos que ataquen los problemas de atención y memoria en forma específica.
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Reserva cognitiva
La apuesta hoy es estimular la “reserva cognitiva” y la neuroplasticidad que persiste en los pacientes con esquizofrenia. Así se podría frenar la progresión hacia la demencia que algunos de ellos podrían experimentar. Apuntalar las capacidades cognitivas (atención, memoria, toma de decisiones, planeamiento) y sociales de los pacientes en la juventud puede no sólo mejorar su calidad de vida en la adultez sino que también les permitiría disfrutar con mayor entereza y autonomía su envejecimiento.
Existen numerosos programas de rehabilitación psicosocial para los pacientes con esquizofrenia. Cada vez más, se recomienda una alimentación saludable, ejercicios físicos, el abandono del consumo de sustancias adictivas y las actividades comunitarias para mejorar el aspecto cognitivo de la esquizofrenia. Pero también hay fármacos que apuntan a ello.
Una investigación médica, que se lleva a cabo en Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Argentina, España, entre otros países, llamado CONNEX, está estudiando una molécula innovadora que apunta a frenar el deterioro cognitivo en la esquizofrenia. Los voluntarios de España y otros países que quieran participar en el estudio deben: tener entre 18 y 50 años, estar diagnosticados por un especialista y consentir en realizar distintos tests neurocognitivos mientras reciban en forma gratuita el nuevo tratamiento oral (que modula al neurotransmisor glutamato en el cerebro) o un placebo.
Referencias bibliográficas:
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