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Las características de aislamiento social tienen consecuencias graves para los corazones de los pacientes, según la encuesta realizada durante la pandemia por la ESC (Sociedad Europea de Cardiología) el 60% de las consultas cardiológicas dejaron de hacerse y el 48% de los casos de accidentes cardiovasculares críticos se atendieron tardíamente, concluyendo que infectarse por coronavirus no es el único riesgo de salud del año 2020.
El temor a contagiarse por COVID-19 en los hospitales no debe ser superior a la atención y cuidados que se deben tener con el motor que hace funcionar nuestro cuerpo, según la Organización Mundial de la Salud las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de defunción en todo el mundo y el 80% de los infartos de miocardio y ACV (Accidentes cerebrovasculares) se pueden prevenir, evitando el sedentarismo, el estrés, la depresión, el consumo de cigarrillo y manteniendo una dieta saludable.
La mayoría de los seres humanos nacen con un corazón sano, pero con los años las enfermedades cardiovasculares comienzan a manifestarse, por eso los especialistas recomiendan que las personas mayores de 50 años no deberían cancelar o posponer sus controles médicos, y en caso de tener problemas de obesidad, colesterol elevado, diabetes e hipertensión deben consultar al cardiólogo periódicamente, no llegar a tiempo a recibir el tratamiento adecuado puede aumentar los riesgos de alteraciones cardiacas graves, inclusive mortales.
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Para que los pacientes sean atendidos con naturalidad, se han creado nuevos canales de comunicación entre paciente y médico como la tele-consulta, y en caso de ser requerida la asistencia presencial, es fundamental obedecer a los protocolos de bioseguridad que exige cada centro médico.
Es importante que la sociedad tome conciencia que los síntomas graves de problemas cardiovasculares llegan por sorpresa, los pacientes sufren infartos o accidentes cardiovasculares fatales en cuestión de minutos, y cuando esto sucede el riesgo de morir es mayor versus a los problemas de salud que causa el contagio del COVID-19, haciendo de los controles previos una medida esencial en la vida de los pacientes.
¡Por más corazones latiendo, tomemos conciencia!