El microbioma intestinal influye en la severidad de la fibrosis pulmonar. Descubrí cómo la alimentación podría ayudar a los pacientes a respirar mejor.

La fibrosis pulmonar es una enfermedad rara y muy severa que afecta generalmente a personas mayores de 40 años, especialmente hombres. Considerada irreversible hasta poco tiempo atrás, hoy existen un par de fármacos que permiten prolongar la capacidad respiratoria con una calidad de vida aceptable. Sin embargo, es preciso encontrar mejores fórmulas terapéuticas para disminuir la alta mortalidad que aún tiene la fibrosis pulmonar y encontrar nuevas formas de mejorar la sobrevida.
Hasta ahora, sólo se utiliza el oxígeno externo como forma de paliar la dificultad de los pulmones para intercambiar gases entre la sangre y el ambiente. Pero un nuevo factor, que acaba de ser confirmado en animales de laboratorio, podría colaborar en la recomposición de la función pulmonar dañada por las cicatrices y la rigidez que afectan progresivamente a los pulmones.
Se trata del eje intestino-pulmón, una vía de comunicación recién descubierta que involucra al microbioma, el conjunto de bacterias y otros microorganismos que habitan naturalmente en el intestino.
Microbioma intestinal
El microbioma intestinal no sólo influye en la digestión de nutrientes sino también en muchas respuestas inflamatorias en distintas enfermedades. Por ejemplo, en la enfermedad de Crohn y, también, en la fibrosis pulmonar.
En un estudio realizado con ratones que funcionan como modelos de esta enfermedad pulmonar, publicado recientemente en la revista Communications Biology, investigadores de la Universidad de Vanderbilt confirmaron que el microbioma intestinal modula la fibrosis y determina su gravedad en los pulmones.
Así como las alteraciones en el microbioma intestinal están involucradas en el asma infantil, el desequilibrio entre ciertas bacterias influye en la inflamación y la rigidez que se observa en la neumonías intersticiales de los pulmones, incluida la fibrosis pulmonar. De hecho, algunas bacterias promueven la liberación de citoquinas y factores de crecimiento celular que tienen una acción pro-inflamatoria. Por el contrario, las bacterias de los géneros Bacteroidetes, Clostridia y Lactobacilli pueden tener propiedades anti-inflamatorias.
También ciertos productos del metabolismo bacteriano, como los ácidos grasos de cadena corta (SCFA, por su sigla en inglés), intervienen en la modulación inmunológica de las mucosas y pueden influir en las enfermedades respiratorias.
Del equilibrio entre los microbios que habitan el organismo humano dependerá la respuesta inmunológica a infecciones y otros estímulos, además de la producción de colágeno por parte de los fibroblastos, células típicas de la piel que terminan dando lugar a la fibrosis pulmonar. A mayor diversidad de bacterias en el intestino, menos severa la enfermedad en los pulmones, según acaban de descubrir los científicos norteamericanos.
Microbioma respiratorio
Además del microbioma intestinal, ahora se sabe que también existe un microbioma respiratorio, que se desarrolla en los primeros tres meses de vida y tiene menos concentración de bacterias que el intestino. En el microbioma respiratorio, las bacterias son aeróbicas (consumen oxígeno) en lugar de anaeróbicas, como en el microbioma intestinal.
Los pacientes con fibrosis pulmonar idiopática tienen distintos microorganismos en sus pulmones que las personas sanas. Un desbalance en ciertas bacterias que colonizan el aparato respiratorio (un aumento de Staphylococcus o de Streptococcus, por ejemplo) puede originar exacerbaciones de la fibrosis pulmonar, o agravarla.
Tanto la alimentación como agentes ambientales tóxicos (tabaco, asbesto) y ciertos medicamentos (por ejemplo, los antibióticos) pueden modificar el microbioma y dañar la función pulmonar. Pero existen dietas y suplementos alimentarios que también pueden mejorarla.
Una alimentación enriquecida con fibras solubles (fécula de maíz, inulina, oligofructuosa) no sólo puede cambiar la diversidad del microbioma intestinal sino también influenciar el microbioma respiratorio. Se recomienda a los pacientes con fibrosis pulmonar ingerir alimentos variados y no procesados, así como también yogur. También se experimenta actualmente con microtrasplantes fecales que contienen microbiomas saludables.
No quedan dudas de que existe un constante diálogo entre los billones de bacterias y virus que habitan el cuerpo humano y órganos como el intestino y los pulmones. Como muestra el COVID-19, un virus respiratorio es capaz de producir síntomas tanto a nivel respiratorio como gastrointestinal, quizás porque afecta a sus microbiomas disparando una inflamación excesiva. Lo cierto es que cada vez más especialistas consideran que, para combatir enfermedades como la fibrosis pulmonar idiopática, habrá que contemplar el equilibrio del microbioma y la alimentación, además de usar fármacos de última generación.
Referencias bibliográficas:
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