Por qué es necesario encontrar drogas que disminuyan el riesgo de infartos en pacientes con enfermedad renal progresiva. Descubre cuál es el fármaco que puede cambiar el futuro de los pacientes que sufren tanto del riñón como del corazón.
Durante dos milenios, Zeus fue el más poderoso de los dioses griegos. Hoy, es la esperanza para un grupo muy específico de pacientes renales, que ven cómo su riñón se deteriora mientras aumenta su riesgo de morir por un ataque cardíaco o cerebral.
ZEUS es un ensayo clínico diseñado especialmente para aquellos que necesitan un tratamiento tanto para sus riñones como para su corazón, que apunta a tratar con un nuevo biofármaco una condición subyacente de estos pacientes: la inflamación. La promesa de este nuevo fármaco, que se ensaya en México y otros países, es prevenir que los enfermos renales crónicos sufran ataques cardiovasculares que los lleven a una muerte temprana.
Envejecimiento y muerte prematura
La enfermedad renal crónica, que afecta al 15-20% de la población mundial, simula un proceso de envejecimiento acelerado del sistema cardiovascular. Según un reciente análisis publicado en la revista Nature Reviews Nephrology, el 67% de los enfermos renales en estadio 3 tiene problemas cardiovasculares. El 75% de los enfermos renales crónicos más graves (fase 4 y 5) tienen afecciones serias del corazón o el cerebro.
A partir del deterioro moderado de la función renal (cuando el filtrado desciende a menos de 60 ml/min), es más probable morir del corazón o que de insuficiencia renal. De ahí la importancia de cuidar el sistema cardiovascular en los enfermos renales crónicos.
El problema es que la enfermedad renal crónica no da síntomas hasta que está muy avanzada. Muchas veces, los pacientes descubren que tienen un deterioro del riñón recién después de haber tenido un infarto o una trombosis venosa. En esos casos, es indispensable evitar que se produzca otro evento cardiovascular, prevenir que el paciente sufra nuevos trastornos a nivel cardíaco (arritmias, problemas en las válvulas, hipertrofia ventricular, insuficiencia cardíaca e, incluso, un nuevo infarto) o a nivel cerebral (stroke) que lo conduzcan a la muerte mucho antes de necesitar un trasplante de riñón.
Existen nuevos tratamientos, algunos experimentales, para enfrentar los trastornos cardiovasculares en pacientes renales. Algunos, como los inhibidores de SGLT-2 (“glifozinas”), están especialmente indicados para proteger el riñón y el corazón en pacientes con diabetes. Otros, como los antagonistas no esteroides de los receptores mineralocorticoides (como la espironolactona), previenen problemas cardiovasculares al mismo tiempo que frenan el deterioro renal, pero tienen serios efectos adversos y dejan riesgos residuales. Finalmente, hoy se vislumbran fármacos que se enfocan en la cascada de sustancias inflamatorias elaboradas por el sistema inmunológico tanto en la enfermedad renal como en la cardíaca. Estos nuevos fármacos encarnan la nueva promesa de supervivencia para los enfermos renales crónicos.
Contra la inflamación
La inflamación está detrás de varias enfermedades cardíacas y también renales. Producto de reacciones defensivas del organismo, la inflamación se desencadena a partir de sustancias generadas por el sistema inmunológico, como las citoquinas o interleuquinas.
Existen muchos tipos de interleuquinas, que se producen en cascadas bioquímicas. Algunas interleuquinas tienen capacidad inflamatoria y de fomentar la producción de placas ateroscleróticas en las arterias. Estas placas pueden romperse, dando lugar a coágulos o trombos que obstruyen la circulación sanguínea. Como consecuencia, lo que empieza como una reacción defensiva inflamatoria con el tiempo termina en infartos de miocardio o del cerebro (stroke). Esto no sólo ocurre en los enfermos cardíacos sino también en los enfermos renales crónicos, aunque pocos lo sepan.
Proteger el riñón y prevenir infartos
A partir de la investigación de nuevas drogas para el corazón, los científicos se dieron cuenta no sólo de que la mayoría de los enfermos renales no participaban en los ensayos clínicos –porque se temía que las drogas tuvieran efectos tóxicos sobre el riñón y empeoraran su condición- sino también que algunos fármacos inmunológicos para el corazón tenían potenciales efectos benéficos para el riñón.
Así nació la idea de probar un nuevo anticuerpo monoclonal – el ziltivekimab- para prevenir infartos y ataques cerebrales en enfermos renales crónicos. La esperanza es que este fármaco innovador inhiba la acción de la interleuquina-6, una de las citoquinas que contribuyen a la inflamación y la aterosclerosis en los vasos sanguíneos, tanto del corazón como del riñón.
Por lo pronto, según el estudio RESCUE, publicado en 2021 en la revista The Lancet, el ziltivekimab redujo significativamente los marcadores de inflamación y trombosis (principalmente, la proteína C reactiva) en pacientes con aterosclerosis. Ahora, los investigadores quieren probar el anticuerpo monoclonal en pacientes con enfermedad renal crónica que ya hayan sufrido un trastorno cardiovascular.
Esperanza experimental
El ensayo ZEUS, financiado por el laboratorio Novo Nordisk, comenzó a estudiar el anticuerpo monoclonal que inhibe a la interleuquina- 6 en 6.200 personas que ya sufrieron algún evento cardiovascular (infarto, stroke) o que tienen altos niveles de aterosclerosis, además de enfermedad renal crónica (en un estadio 3, con filtrado glomerular menor a 60 ml/min).
Los pacientes renales que prueben el inhibidor de la interleuquina-6 pueden ser diabéticos o no, obesos o con peso normal, hipertensos o tener la presión arterial normal, pero tienen que tener un análisis de proteína C reactiva mayor a 2 mg/l, lo que evidencia una inflamación generalizada en el organismo.
La idea del ensayo ZEUS es comparar la aplicación mensual de ziltivekimab con la aplicación de un placebo durante 4 años. Los investigadores médicos aspiran a probar que los pacientes renales crónicos con inflamación y antecedentes cardiovasculares, que no cuentan actualmente con una medicación específica, puedan obtener un medicamento que disminuya su riesgo de volver a tener un infarto o un stroke, o de morir por causa cardiovascular.
En 2025, los resultados de este estudio mundial permitirán saber si los enfermos renales crónicos pueden evitar una muerte prematura debido a la inflamación y la aterosclerosis que no se ven, pero dañan progresivamente sus órganos vitales. Se trataría de un tratamiento personalizado para pacientes con un perfil muy específico de enfermedad renal crónica y enfermedad cardiovascular. Una inmunoterapia que se sumaría a la revolucionaria medicina personalizada del futuro.
Personas con antecedentes de enfermedad cardiovascular que residan en México pueden postularse para participar, sin costo, del ensayo clínico Zeus, una investigación que busca comprobar la eficacia de un nuevo tratamiento que podría reducir la inflamación del corazón y el riñón para evitar un nuevo evento cardiovascular. Completa el formulario para que podamos brindarte más información acerca de este estudio.
Accede al formularioBibliografía
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ZEUS Clinical Trial. https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT05021835